sábado, 28 de mayo de 2011

40


Cuando pienso en ti, es como si el mundo se mostrara ante mí uniendo un sinfín de sensaciones que, para bien o para mal, te comprimen el pecho hasta que llegas a un punto en el que te obligas a reaccionar porque acabas olvidándote de respirar. Y es que cuando pienso en tí todo mi mundo se transforma. Lo olvido todo. Olvido mis problemas, olvido mis malestares, olvido mis compromisos, olvido mis promesas, olvido mi alegría para centrarme en tí. Sólo estás tú. Todo lo demás se desdibuja en mis ojos para crearse una realidad paralela en la cual ya no somos tú y yo, sino nosotros.
Pero, aunque sea difícil de creer, esta es mi enfermedad. Es lo único que odio desde lo más profundo de mi ser. Porque es un querer y no poder. Sólo estás aquí cuando sueño, y eso convierte mi despertar en mi peor pesadilla. Porque contigo consigo calmar todas mis penas, pero cuando desapareces, cuando dejas de existir, ellas vuelven a mí de golpe como si de un boomerang se tratara.
Tú eres mi veneno y mi cura. Sólo tú puedes conseguir hacerme llorar y sólo tú puedes conseguir que ría. La única diferencia que mi risa será inventada, y mis lágrimas reales. Es mi dolor lo que hace que tú existas, es mi dolor también el que hace que sólo seas como yo quiero que seas. Yo sólo soy feliz en sueños, y eso no es más que una muerte lenta y dolorosa a la par que dulce.
Sé que soy egoísta, pero me mata quererte y no poder tenerte. Así que lo único que pediré a la vida es que, si no te va a traer hacia mí, si nuestras almas no fueron creadas en sintonía, es que me haga olvidarte. Sólo le pido eso, que me explique como olvidar de una forma que no duela más de lo que me duele esto. Porque para mí pensar en tí es la peor tortura que alcanzo a imaginar. Devuélveme todas las horas que he invertido en soñar contigo prestándome al olvido. Ya que el destino no ha querido que nos unamos, dile que nos separe al menos. Que no nos deje con la miel en los labios, que decida cuál va a ser nuestro futuro, si será un futuro unánime o no. Pero, por favor, pídele que deje de arrebatarme los latidos, devuélveme ese órgano que aún latiendo en mi pecho te pertenece por derecho.
Sólo quiero que sepas que esto no lo digo porque no quiera amarte, sino porque no quiero morir amándote. ¿Sabes? Desde que te conozco mi nombre se escribe en plural

lunes, 16 de mayo de 2011

39

Salí a caminar pero sin ir ningún lugar concreto, me puse la canción que a ti tanto te gusta y comencé a recordar, el momento en el que supe, que era una de tus favoritas…

Tú y yo, estábamos enfadados habíamos discutido ese sábado pensando que todo lo que no había comenzado ya se había acabado, pero no era así, pero eso, tú y yo no lo sabíamos. Iba en el coche a jugar esa partida estúpida que tanto te gustaba a ti y a tus colegas. Yo no entendía de que iba, y cuando lo entendí me parecía mas aburrida aún. Todos los domingos, a la misma hora. Fuiste a recogerme en coche, y casi ni te salude, a pesar que lo conducías tú. 

Jugamos esa partida y yo estuve con tus amigos sin acercarme para nada a ti. Tú me sacabas conversación y yo te contestaba con monosílabos: ‘’si’’.. no’’. Al rato pasaste. ¿Cómo iba a ser tu amiga si ya me había enamorado? Quería que me odiaras, quería odiarte. Estuve jugando con el móvil de uno de ellos, era igual que el tuyo pero tenia juegos y molaba más. Tú solo lo mirabas mal. Como si tocara algo que te pertenece, ese objeto, en concreto era yo, al parecer. 

A la hora de irnos, tenia que montar en tu coche, y así lo hice como casi siempre, hablaba con todo menos contigo, hasta que tú dijiste: ‘’¿Kira, cuánta colonia te has echado? Huele hasta aquí’’ Y te dije: ‘’No me he echado colonia, paket.’’ Y te callaste, no hablamos más, les di un beso a todos menos a ti. 
A los días se me rompió el ordenador y te llame para que me lo miraras, tenerte tan cerca… cerca de la cama dónde tantas veces hicimos el amor. Era duro, demasiado, no sé como paso, pero acabamos haciendo el amor. Locamente, solos tú y yo. 

Al rato me mandaste un mensaje, ‘’Que eso quede entre tú y yo’’, te conteste: ‘’¿Qué quede el qué? No ha pasado nada.’’ 

Siempre que salíamos con todos, acababas acompañándome a casa, y acabábamos liándonos o follando, según mirarlo, se volvió rutina, se volvió locura. Según pasaban los días, nos veíamos más, y siempre acabábamos haciendo el amor. Me confesaste, que ese día en el coche, te olía a mi colonia, por eso, lo dijiste. Que me llevabas muy adentro, dijiste, no dije nada, sonreí.

Un sábado venían mis amigas, asique me puse vestido, y fui a tu casa. Te quedaste mirándome, y en medio de la calle, me dijiste: ‘’Estas jodidamente preciosa’’. Sonreí. 

Mis amigas llegaron al rato y no se porque, rompí a llorar, llegaste y me dijiste: ‘’No quiero verte, llorar, nunca más. – y te dije: ''Se me metió algo en el ojo’’ – Me miraste con cara de, ''no cuela ¿¡eh?!''

Mis amigas acabaron por su lado y yo contigo y tus amigos, de repente delante de todos, me besaste, me besaste y me dijiste que me querías.

Cogiste a tus amigos y dijiste es mi novia (pidiéndoles consejo), Ellos sonrieron felices, por ambos (o al menos en apariencia). Esa noche me cantaste una canción: ‘’ Stravaganzza –Hijo de la luna’’ Tu favorita. 

Después de analizar este recuerdo, me senté y comencé a llorar. Porque no acabamos la noche en mi casa, tú acabaste la noche en casa de tu colega y yo con un mensaje: ‘’Eres mi felicidad, lo mejor de mi vida’’. Todavía guardo ese mensaje, por si se me olvidan algún día, tus te quieros esos de verdad, recordártelos cuando pretendas olvidarlos. Recordarte, que las cosas no se pueden olvidar. Apague la música y volví a casa, me encerré en mi cuarto, y volví a llorar durante horas… hasta quedarme dormida, hasta olvidar, que yo existía. Porque todavía quedan muchos recuerdos, muchos te quieros, y mucho mucho dolor.

sábado, 14 de mayo de 2011

38



- ¿Diga?

- ¿Él te hace feliz?

- ¡¿Cómo?!

- Respóndeme, ¿ese hijo de puta te hace feliz?

- Dios, ¡estás loco!

- Joder, sólo dímelo. 

- Sí... Me hace feliz...

- ¿Más feliz de lo que yo te hacía?

- ¡¿Pero qué pregunta es esa?!

- Es muy sencilla, si con ese cabronazo eres más feliz de lo que eras conmigo me dices "SÍ" y si no me dices "NO"

- No lo sé...

- ¿No lo sabes? O sea, ¿te vas con ese infeliz amargado y no eres capaz de saber si te hace más feliz que yo?

- No le insultes, él no te ha hecho nada.

- Existe, y eso ya es suficiente para que me ponga de mal humor. Pero respóndeme a la puta pregunta. 

- Sí, supongo que me hace más feliz que tú...

- Joder, hostias, mierda. Está bien...






[...]




- ¿No cuelgas?

- No. ¿Y tú?

- Dime, ¿por qué me has llamado?

- ¿Por qué te he llamado? Pues porque soy un completo gilipollas. Porque estoy borracho como una cuba y me ha dado por ponerme a recordar los mensajes que la puta gente me había escrito en el móvil, y el último; en el último jodido lugar de toda la puta lista había un mensaje tuyo. Y yo, como soy un subnormal paleto imbécil lo he abierto y lo he leido. Y no he podido tragarme las putas lágrimas, pero después de darme de hostias contra todo lo que he encontrado por casa y de beberme todo lo que he encontrado esta mierda de angustia no desaparecía, y como soy un estúpido payaso te he llamado sin saber qué decirte y... Y... Y... Joder...


- ¿Qué ponía en el mensaje?

- ¿Cómo? 

- ¿Que qué cojones ponía en el puto mensaje?

- Que me amabas...

- ¿Sabes una cosa?

- ¿Qué?

- Yo también guardo un mensaje tuyo. Sólo uno. ¿Y sabes lo que pone en él? ¿Sabes qué pone en el puto mensaje?

- ¿El qué? ¿Qué pone?

- Pone que pasarás el resto de tu vida conmigo, que estamos destinados a estar juntos, que nunca nos separaremos porque lo nuestro es eterno y que me amas más que a nada. ¿Y sabes por qué guardo ese mensaje? 

[...]


- Joder, ¿para qué?

- Para acordarme toda la puta vida de que siempre has sido un cabrón mentiroso. Para acordarme todos y cada uno de los días en los que mi conciencia flaqueé de que me dejaste tirada como a una puta y te fuiste por ahí porque te habías cansado de mí. Para recordarme a mí misma los errores que no debo repetir. Y ahora voy a colgar el puto teléfono. 





Ella cuelga dando un golpe, mientras él no puede dejar de balbucear una avalancha de torpes incongruencias a modo de disculpa hasta que se da cuenta de que nadie le está escuchando. 

A decenas de kilómetros los dos están tirados en el suelo al lado del teléfono llorando a lágrima viva. Uno arrepintiéndose de sus errores y otra simplemente recordando los viejos buenos tiempos

viernes, 13 de mayo de 2011

37

Sigo pensando que va ha llegar el 8 de agosto y me vas a llevar a Gandía. Sigo con la estúpida locura de pensar cosas que no han pasado (ni pasarán). Pero lo peor de todo, que me creo en serio, que te espero en la puerta de tu casa, nos comemos a besos, y se nos calienta el alma. Que lo hacemos en el ascensor con locura y desenfreno, sin que nadie nos vea. Que seguimos pensando en la vida perfecta, irnos a vivir juntos y tener un hijo. Mira, que somos gilipollas ¿eh?, todavía miro el móvil, creyendo que me vas a mandar un mensaje de buenas noches, diciéndome lo mucho que me quieres y lo feliz que estás. Y todavía me conecto al tuenti hasta las dos de la mañana creyendo que hablo contigo. Y después de tres meses, sigo recordando tu colonia, pero ya no dueles. Lo mas jodido es perderme en otro cuerpo, comerme otra boca y ver que no es la tuya. No tiene tu jodida cara de ''no he roto un plato en mi vida, pero soy la bomba en la cama''. Y me alejo de aquellos que son como tú. Pelo largo, delgados y castaños. Que le gusten los juegos de ordenador. Porque de esos, son de los que me pillo, pero luego no eres tú. ¿Me echas de menos? Yo un poquito sólo. A veces incluso, pienso ''Dios, he quedado con él y vuelvo a llegar tarde''. Me gusta soñar despierta, ¿tú sueles soñar conmigo? Seguramente alguna paja me dedicarás, nos conocemos, quizás demasiado. Sigo saliendo los sábados poniéndome hasta arriba de alcohol y que mi nariz estalle hasta sangrar. Pero luego me acuerdo, que no estás. Que no estás para llevarme a casa y joder como nunca. Me gusta perderme en otros cuerpos, porque ninguno eres tú. Y ninguno te gana. Mira que follabas bien, ¿eh? Fíjate, nosotros que no creíamos en el amor, nos enamoramos. Que idiotas. Seguro que echas de menos, mis ojitos mirándote y cantándote canciones en ingles, que ni siquiera pronuncio bien. Bueno otro día mas, me acostare me creare ese orgasmo, como siempre, pensando en ti. Yo sé que tu te acuerdas de mi. Y es maravilloso saberlo, aunque, horrible saber que no volveremos a sentirnos. Acuérdate, nosotros no hacíamos el amor, pero follábamos hasta el alma.

jueves, 5 de mayo de 2011

36

Y se sienta, se sienta delante de un mar tan inmenso como su vida misma. Ella se compara con el "vaivén" de las olas, piensa que son como los recuerdos. Vienen y se van. Vienen cuando menos te lo esperas... de repente un olor, un gesto, una situación, un sonido o una sonrisa que te recuerda a el, pero después se va, se aleja tanto que es inalcanzable. Y de repente, delante de ella y casi salpicándola, rompe una ola y se da cuenta de que ella también tiene que romper con todos esos recuerdos. Romper y que venga otra ola mejor, de esas que llegan a la orilla silenciosa y sencilla. 

Se levanta, se descalza y camina, camina por la orilla, va despacio, sin prisas y sonríe. Le gusta el olor a mar. Decide entrar despacio, de puntillas porque no quiere que venga una de esas olas que estallan delante de ellas y después se van

Y recuerda una conversación que tuvo con un marinero:
- El mar es un misterio, así que muchacha... déjate llevar
- Y ella le susurró aquella canción de Vetusta mola que decía: Dejarse llevar suena demasiado bien. Jugar al azar, nunca saber dónde puedes terminar... o empezar
Y se dejo llevar por la marea.

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Tengo ganas de todo, de odiarte y necesitarte a la vez. De alejarme de ti y volver corriendo para ver que aun sigues ahí. Tengo ganas de que me mientas y saber que todas tus palabras no son ciertas . Tengo ganas de perderme y encontrarme contigo. Tengo ganas de tener un plan B, C, o Z. Tengo ganas de vivir sin planear, de saltar y saber que me cojerás. Tengo ganas de restar penas, sumar sonrisas, multiplicar recuerdos y no dividir mi corazón.

Tengo ganas de anelar lo que nunca he tenido, de gozar de lo porhibido, de nadar en el desierto, tengo ganas de que me ocurra la casualidad más grande de mi vida. Tengo ganas de sorprenderme de cosas que ya sé. Tengo ganas de nuevas relaciones con personas iguales, ganas de confesar lo inconfesable y de juntar el agua con el aceite.
Tengo ganas de una sencillez complicada, ganas de entender las lógicas de un borracho. Tengo ganas de preguntar sin que me den respuesta, que me respondan con gestos, tengo ganas de no escuchar palabras. Ganas de que la oscuridad me ilumine. Tengo ganas de verte con los ojos cerrados y soñarte con mis dedos. Ganas de tener prisa para ir despacio. Tengo ganas de que me arrastren los sentimientos. Tengo ganas de observar aquello que a primera vista no vi. Pero aun tengo más ganas de no saber de ti, ganas de echarte de menos, de no sentirte, de ignorarte
Tengo ganas de todo y nada a la vez

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Sí, exactamente era eso, un guión apunto de llegar a su final. No acabó con la mitica frase "fueron felices y comieron perdices" y tampoco el zapato de la cenicienta estaba hecho para mí. Acabó una noche de desenfreno, sabiamos perfectamente que cuando se acabara el cigarrillo de después, todos nuestros lazos de union terminara. No fue un error, aprendimos. Aprendimos a que después de este cruce de vidas todo cambiaría, el por su parte.. yo por la mía.


Como era aquella frase.. ya la recuerdo: Fue bonito mientras duró

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Los hombres son como los autobuses, ¿verdad?- prosigue
Abby, sin prestar la menor atención al vodka derramado-.
Habrá otro a la vuelta de la esquina dentro de diez minutos.

¿Tengo razón o tengo razón?