viernes, 28 de enero de 2011

8

Y no paro de pensar en ti, dudo que esto pueda llamarlo amor, pero ¿obsesión?, quizás.
Pese a que han pasado 3 semanas y 3 días desde que me dijiste, que no sentías lo mismo, pese a que no sé si aún te quiero, pese a ello, te tengo siempre rondando en mi cabeza. ¿Fui un juego?, ¿te lo pasaste bien? , lo que aún no he conseguido sacar en claro, quien gano y quien perdió.
Te lo di todo, y quizás es eso lo que más me duele, te lo di todo, y NO ME ARREPIENTO. Pero, no haberme prometido tantas cosas, no haberme enseñado a confiar en ti, no haberme hecho feliz.
Porque ahora según pasan los días, las horas, me pierdo, no sé andar sin ti... ¿Porque te fuiste? Te lo juro, que aún sigo sin entender que paso. Tus promesas, al parecer, siempre iban detrás de algún gramo, algún porro o alguna cerveza. Y por eso quizás no tendrían que haber tenido validez. Pero yo te pienso sobria, ebria y de cualquier forma, y yo fui la idiota por creerme todo aquello.
Pero ahí días que me levanto, y miro el reloj, y digo faltan horas para verte, para que llegues a casa, ahí es cuando me doy cuenta de que no, de que no estoy en tu casa, contigo y que quizás faltan más que horas, días o meses. Y es entonces cuando me derrumbo, no puedo creerme que no te pueda ver, no pueda perderme entre esa cara tuya, si, esa que me volvía loca, tan bonita,... Todavía recuerdo cuanto te miraba, y pensaba como algo tan bonito podía estar con algo como yo. Eres tan perfecto, y mírame ahora, te perdí.
Pero luego viene la rabia, la furia, el dolor. Si, ese que me hiciste pasar, me hiciste comerme mi dolor, comerme el cariño que te quería expresar, para convertirme en alguien cerrado, que no expresaba nada. Todavía recuerdo los días, que te miraba, y no te podía tocar, no te podía acariciar, no te podía besar y no tenía el derecho, de perderme mirándote, el dolor que me carcomía el corazón, si, lo recuerdo, como huía, y me ponía a llorar, y mientras lloraba pensaba: ''Ven y abrázame, siente mi dolor''.
Pero no venias, nunca venias. Me acuerdo cuando me dejaste, la forma que me humille, te llore e imploré, que me volvieras a querer, que tonta...
Recuerdo los días que siguieron, la agonía que sufrí, pero me alegro que me enseñaras a comerme las cosas, a no mostrar nada a nadie, con el dolor de mi corazón, te sonreí, y hable contigo, como si para mí no hubiese significado nada, como si no te quisiera.
Y así he durado estas 3 semanas, hasta hace 3 días, que irónico ¿eh?, si me he derrumbado, en el momento que al iniciar sesión me hablaste, ''xiquetta meua'', me dijiste, algo se me rompió dentro.
Te lo juro, que intento entender las cosas, lo intento, que hice mal, si tanto me querías, ¿porque se murió, dicho sentimiento? Yo te quise, Emilio, y eso es algo que no olvido.
Lo que más me duele, es saber que no me echas de menos, que no sientes mi falta. Eso duele, mucho. Pero tampoco eres la persona, de la que yo me enamoré.
Cuándo salía de tu casa, de tu vida, tuve ganas de coger esa rosa roja, que me regalaste, pero mientras la olía, la cogía y acariciaba sus pétalos, sabía que si me la llevaba lloraría cada noche abrazada a ella, pensando que si un sábado me decía un ''te quiero'' porque un martes me decías, que necesitabas tiempo.
Y no hay más, tu recuerdo sigue en mi cabeza y no sé cómo sacarlo, he conocido a alguien pero no sé si podre quererle como se merece. En el fondo quiero que seas feliz, pero que sepas, que NADIE te querrá como te quise yo, solo eso...

No hay comentarios:

Publicar un comentario